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Misión DART: Investigador de la UCSC participó en estudio de órbita del asteroide Didymos

Por Constanza Saavedra Ortega

A fines de septiembre la humanidad fue testigo de un hecho histórico: la NASA lideró la misión DART, que tuvo como objetivo impactar el asteroide Dimorphos para lograr desviar su trayectoria, como parte del Plan de Defensa Planetaria. Y en Chile, el astrofísico e investigador de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Dr. Markus Rabus, fue parte del equipo que estudió la órbita, posterior a la colisión, logrando calcular el éxito del proyecto espacial («Observations after DART impact show orbit change«)

“No sabemos exactamente de qué están hechos estos asteroides y tampoco sabemos si pueden tener una trayectoria que pudiera chocar contra la Tierra. Eso fue lo que motivó este proyecto, que resultó exitoso porque se logró derivar el asteroide de su órbita. En principio, la órbita de Dimorphos estaba rodeando a Didymos en 11 horas con 55 minutos, y después del impacto la órbita cambió a 11 horas con 23 minutos. Si bien fue una pequeña desviación, puede causar una influencia grande en no colisionar contra la Tierra”, explicó el Dr. Markus Rabus.

La misión DART (“Double Asteroid Redirection Test” o “Prueba de Redireccionamiento de Doble Asteroide” en español) consistió en estrellar la nave espacial contra el asteroide Dimorphos, un cuerpo celeste pequeño, de unos 160 metros de diámetro (aproximadamente del tamaño del coliseo de Roma), que orbita otro asteroide mucho más grande, llamado Didymos.

Desde la Tierra los ojos estuvieron puestos en todo el proceso, considerado un hito de la tecnología y la ciencia. Uno de esos ojos fueron los del Dr. Markus Rabus, quien realizó el estudio de manera remota en el Observatorio Astronómico La Silla, ubicado en La Serena, “tuvimos que mantenernos despiertos en la noche para poder hacer la observación”, explicó.

“Trabajo con un grupo que normalmente hace observaciones de lentes gravitacionales, pero también tenemos otros proyectos, como este, de la NASA. Desde mi casa hice el seguimiento, teniendo todos los paneles del telescopio para manejarlo en mi computadora. Lo que hago es apuntar al telescopio y observar. Queríamos ver si había cambios en la órbita, que era lo que se esperaba. Eso lo pudimos medir con los telescopios terrestres para ver la ‘curva de luz’ y así, con esos datos, pudimos identificar la órbita del asteroide. Fue una misión exitosa y es una gran alegría haber podido aportar a esta investigación, además nos da la tranquilidad de que si se acerara un asteroide, este método podría funcionar”, afirmó el investigador.